Santa Rosa Xtampak
Santa Rosa Xtampak |
Muros viejos |
Santa Rosa Xtampak es una de las ciudades mayas más importantes del noreste de Campeche. La inversión de trabajo en sus pirámides, palacios y templos, al igual que su mantenimiento, revela una sólida estructura política que controló una amplia región. Los gobernantes comisionaron también la elaboración de textos oficiales en estelas y en las pinturas de varios aposentos; mantuvieron nexos de intercambio a gran distancia y jugaron un relevante papel en la economía de la zona, especialmente durante el periodo Clásico Tardío (600-900). Las ocho estelas hasta ahora registradas en el sitio contienen fechas que comprenden desde el año 646 hasta el 911 de nuestra era. El nombre de la zona arqueológica combina dos vocablos. Santa Rosa fue el nombre de una hacienda del siglo XIX, hoy desaparecida, en cuyos terrenos se hallaban los vestigios prehispánicos o xlabpak (“muros viejos” en maya yucateco). El locativo se usó a lo largo del siglo XIX (cuando se conocía como Xlabpak de Santa Rosa), y en la centuria siguiente fue modificado, denominándose Santa Rosa Xtampak (“frente al muro”, “muro a la vista”), haciendo referencia a las paredes conservadas de uno de sus principales edificios. Los vestigios de esta ciudad maya se encuentran en la parte superior de una colina, que fue nivelada en varios sectores y en sus laderas a fin de erigir más de un centenar de edificios de mampostería, muchos de ellos de dimensiones monumentales. La mayoría de esas construcciones forman plazas y patios cuadrangulares regularmente distribuidos. En Santa Rosa Xtampak se han encontrado ocho estelas, un altar y buen número de tapas de bóveda pintadas que contienen valiosa información en imágenes e inscripciones jeroglíficas. Por ello sabemos que la fecha más temprana hasta ahora registrada es el año 646 (Estela 5), si bien los análisis preliminares de cerámica indican que el asentamiento existía desde varios siglos antes del inicio de nuestra era. La fecha más reciente localizada por los especialistas procede de una tapa de bóveda del Palacio que registra el año 948. Los materiales cerámicos también indican una menor ocupación humana para el periodo Posclásico (1000-1500) hasta el total abandono de la ciudad, antes del arribo de europeos a la península. El estilo arquitectónico imperante en Santa Rosa Xtampak es denominado Chenes. Se caracteriza por construcciones decoradas con grandes mascarones que ocupan parcial o totalmente las fachadas principales. Los motivos fueron logrados con mosaicos de sillares cortados ex profeso que luego fueron estucados y pintados con varios colores, en especial de rojo. Muchos inmuebles combinan paños lisos con columnas embebidas en los muros o en las esquinas. Las entradas múltiples suelen formarse mediante pilastras o columnas de mampostería. Los arcos de las bóvedas generalmente se inician de manera directa a partir del muro vertical que los soporta, casi sin dejar un ligero remetimiento o sofito. También son frecuentes los remetimientos internos sobre los dinteles. El abastecimiento de agua se logró mediante un profuso sistema de chultunes o depósitos subterráneos para agua pluvial. Evan DeBloois estudió 67 chultunes y mediante el cálculo de la capacidad máxima de captación de agua se ha planteado que la ciudad pudo haber sido ocupada por un promedio de 10,000 habitantes, cifra del todo conservadora. Los primeros en dar a conocer el lugar fueron los exploradores Frederick Catherwood y John L. Stephens, quienes lo visitaron a mediados del siglo XIX. Poco antes de finalizar ese siglo llegó Teobert Maler, quien efectuó un reconocimiento más detallado del sitio. En las décadas de 1930 y 1940 varios investigadores de la Institución Carnegie, encabezados por Harry Pollock, estudiaron los vestigios de Santa Rosa. A fines de los años sesenta, Richard Stamps y Evan DeBloois, de la Universidad Brigham Young en Utah, registraron y analizaron la arquitectura, la cerámica y los chultunes del asentamiento. En los ochenta llegaron más especialistas: George Andrews (Universidad de Oregon) y Paul Gendrop (UNAM), para registrar la arquitectura, y William Folan y Abel Morales (Universidad Autónoma de Campeche), para documentar la distribución del asentamiento. En la década de los noventa, Nicholas Hellmuth efectuó un detallado registro fotográfico de los edificios aún en pie; Hasso Hohmann y Erwin Heine realizaron un estudio fotogramétrico del Palacio y se efectuaron las primeras labores de restauración arquitectónica bajo la dirección de Antonio Benavides C. En los inicios del siglo XXI, Renée Zapata coordinó un programa de mantenimiento en algunos de los inmuebles principales.