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|a<p>Miguel Cabrera fue el maestro pintor de su tiempo quien realizó la mayor cantidad y las mejores copias de la imagen de la Virgen de Guadalupe. En el año de 1751, el Abad y Cabildo del Santuario de Guadalupe solicitaron a Miguel Cabrera, a la cabeza de los más afamados pintores de entonces, José de Ibarra, Juan Patricio Morlete Ruiz, Francisco Antonio Vallejo, José de Alzíbar y Manuel Osorio, dictaminara si la imagen era o no obra de industria humana. El estudio reveló que la imagen estaba realizada en cuatro técnicas jamás practicadas por nadie sobre una superficie y menos aún sobre una tela tan burda como un ayate: óleo, dorado, aguazo y labrado al temple. El dictamen de Cabrera, acompañado de la opinión de los demás pintores, fue impreso en la ciudad de México en 1756 (1), mismo año en que fue ejecutado éste lienzo que seguramente está tomado de una de las tres copias realizadas en 1752 por el propio Cabrera y sus discípulos José Bentura Arnaez y José de Alzíbar, ya que la imagen respeta en todo al modelo original, incluyendo los ciento veintinueve rayos que rodean a la figura. El cuadro se encuentra integrado al retablo del crucero del lado del Evangelio dedicado a la Guadalupana, y aunque es consignado por Pablo C de Gante(2), este autor jamás menciona que fuera del pincel de Miguel Cabrera.</p>
<p>1. Miguel Cabrera, Maravilla Americana y conjunto de raras maravillas.</p>
<p>2. Pablo C. de Gante, Tepotzotlán, su historia y sus tesoros artísticos, p. 123.</p> |