Entrevista realizada a Faustino Lastra por Elena Aub
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- Entrevista realizada a Faustino Lastra por Elena Aub
- Proyecto de historia oral. Refugiados españoles en México
- Contenido
Nace el 29 de noviembre de 1918 en Tehuacán (Puebla, México). Hijo de padres inmigrantes españoles. Recuerdos de familia. Viaje a España y primeros estudios con los jesuitas. Elecciones de febrero de 1936. Pertenece a Falange. Represión falangista. Sublevación de Arana. Retorno a México por inicio de la Guerra Civil 1936. Regresa a España terminada la guerra 1939. Servicio Militar. Situación de España en la postguerra. Huída de España a Lisboa. Estadía y salida de Portugal hacia América 1941.
Expropiación de tierras de su padre por el general Lázaro Cárdenas. Llegada a México 1941. Vuelta temporal a España 1952. Primer matrimonio y divorcio. Visita al Vaticano. Ingresa al Partido Comunista de España. Segundo matrimonio 1956.
Viaje a España 1958, comentarios sobre la situación y vida del país. Discusión sindical entre el PSOE y el PCE. Viaje a París 1960 para trabajar en el PCE. Apoyo de la FSM a las huelgas en España. Amistad con Fernando Claudín. Seminario de Bettelheim. Regreso a México 1964, expulsión del Partido. Sobre los refugiados españoles en México. La Segunda Guerra Mundial. Sucesos de Tlatelolco (México). De nuevo en España 1969, sus cambios. Papel del PC en España. Impresiones sobre el eurocomunismo. Visita a un campo de concentración. Vida en las cárceles franquistas. Actitud de los mexicanos hacia los refugiados. Comentarios acerca de los políticos españoles de los años setentas. Trabaja en Siglo XXI editores. Actividades del PCE en el exilio. Política postfranquista.
- Fragmento
FL.- Entonces eh, como te decía antes, la relación con los refugiados no, no recuerdo bien, eh, por dónde llegó, pero lo cierto es que llegó, Y… al poco tiempo yo concurría a todas las tertulias, los numerosos cafés que se fueron abriendo, en distintos sitios de la ciudad de México, pero más bien, digamos, hacia el primer cuadro de la ciudad, algunos de los cuales recuerdo aún como el “Tupinamba”, el “Betis” y también aquél, aquella otra… heladería que se llamaba “Chufas”, que me da la impresión que existía ya antes de la guerra española, por lo menos, alguna de ellas, Bueno, pues entonces…
EA.- ¿A quién veías en aquellos cafés?
FL.- Bueno, en aquellos cafés yo traté a… a mucha gente, ¿no?, es decir, desde don Felipe Sánchez Román… eh… eh, diputados de todo género, gente republicana, eh, Eduardo Mordaz eh…, Eduardo Mordaz, a Giral, que no lo traté mucho en los cafés,·pero lo traté por otro lado, eh…, a… cómo se llarraba, al arquitecto Giner de los Rios, el papá de… de Paco.
EA.- A Bernardo…
FL.- A Bernardo. Bernardo Giner de los Rios… En fin, yo traté gente más a la izquierda, como algunos diputados asturianos: González Peña, Belarmino Tomás, eh, conocí a Prieto que no iba generalmente a las tertulias, pero en alguna comida, eh…, qué sé yo, y conocí otras…
EA.- ¿Qué impresión, qué impresión te daban?
FL.- Bueno… La impresión que me daban era diversa, es decir, había algunos que me parecían que tenían los pies en el suelo y otros que no los tenían. Y quiero decir por esto, que algunos eran verdaderamente conscientes de la situación en que se encontraban, lo cual presupone que consideraban que la guerra la habían perdido y que por lo tanto [el] regreso a España no era una cosa para pasado mañana y éstos fueron los que inmediatamente intentaron integrarse al país, y me parece que lo consiguieron. Sin embargo, había otros que para los cuales, eh, la guerra civil española parece que había sido un espectáculo sin, sin nayores consecuencias que las muertes y que, eh, el régimen instaurado por la fuerza y, el triunfador en la guerra iba a durar muy poco tiempo, es decir, en otras palabras, hubo quien deshizo las maletas y se dedicó a trabajar y otros que pensaron que la caída de Franco era tan inminente que no valía la pena de, deshacerlas. Esto daba una situación bastante trágica porque, eh, yo que era un observador, si no neutral, digamos, que veía un poquito más desde fuera la tragedia, a veces me producía verdadera pena ver el comportamiento y la form de razonamiento de ciertas, de ciertos refugiados, eh, muy ilusionados en volver inmediatamente a España, creyendo que aquí no había pasado nada, cuando uno sabía bastante bien que el régimen franquista había liquidado prácticamente toda la oposición y que no quedaban lideres en el país, o estaban muertos o estaban en la cárcel y los demás en el exilio. Bueno, pues, esta gente siguió por años en la misma postura y me parece que perdieron el tiempo para ellos y para el país que los recogió… Los otros, pues ya los conocemos: muchos de ellos son, se integraron a la Universidad, fueron y son todavía algunos, los que viven, profesores, y creo que hicieron un papel digno y provechoso para el país que los recogió.
EA.- Y a pesar de esa… esa acogida que les dió la prensa tan negativa en esa ola con que se les recibió, ¿tú crees que luego México… realmente se abrió a los refugiados en…?
FL.- Bueno, en esto hay que distinguir quién, quién se abrió para los refugiados y quién no; es decir, lo que parece, lo que parecía más normal, que pudiese abrirse para ellos eh, serían, digamos los propios españoles residentes. Pero eso no ocurrió así, porque era precisamente de ese lado en donde, eh…, las críticas, eh, hacia los refugiados era nás acerba; y esa división entre los españoles viejos y los refugiados, duró, yo creo que… hasta muy reciente época, es decir, hasta hace diez o quince años, eh, ése, la, la relación no, no se estableció entre ellos, y yo creo que entre una gran parte de los refugiados nunca llegó a hacerse, a compenetrarse con la colonia española por razones, eh, obvias, eh, los españoles, eh, residentes, eh formaban parte de una colonia rica y próspera y, por lo tanto, muy reaccionaria: Eran emigrantes económicos que se habían hecho la vida en México, y algunos, muchos de ellos fortuna y por lo tanto eran conservadores. Eh, por otro lado, estaba el recibimiento que el pueblo en general, el pueblo llano, el pueblo más humilde del país, recibió a los refugiados, y yo tengo algunos testimonios y en, porque tengo ido algunos mítines en los primeros tiempos, y la gente los recibía con efecto y sin mayores reservas. Y, por supuesto, eh, el recibimiento oficial fue a todas luces, generoso, eh, y solidario con ellos, hasta extremos, eh, que hoy es en el mundo en que vivimos… en donde la solidaridad ha prácticamente desaparecido, costaría trabajo comprender, es decir, los buenos oficios que la buena voluntad, que el gobierno de México, tuvo para con ellos. Facilitándoles el reconocimiento de títulos, eh, el adquirir la nacionalidad mexicana, pudiendo ejercer sus oficios o profesiones libremente, dedicarse a la enseñanza, eh… crear colegios como conocemos algunos que todavía existen, creo que el Colegio… Madrid y otro que se llamaba el Vives, ¿eh?, de donde, adonde fueron a estudiar mucha gente también mexicana de origen. Entonces, ya te digo, pues ha habido dos, dos formas de recibimiento para los españoles: la de los antiguos residentes, eh, que los veían y los vieron durante muchos años como enemigos y como perturbadores de la sociedad; y la intelectualidad mexicana, que en general fue favorable a ellos; y, y por supuesto, el gobierno.
- Idioma
- Español
- Temática
- Temporal
- Siglo XX
- Origen
- Lugar
- Madrid, España
- Fecha de creación
- 1980
- Personas/ Instituciones
- Faustino Lastra y Méndez Deyá: Entrevistado
- Elena Aub: Entrevistador
- Enriqueta Tuñón: Entrevistador
- Dolores Pla Brugat: Director de proyecto
- María Esther Jasso: Conservador de obras
- Marcela Cobos: Conservador de obras
- Instituto Nacional de Antropología e Historia: Conservador de obras
- Ministerio de Cultura de España: Conservador de obras
- Tipo de recurso
- Entrevista
- Descripción física
- Extensión
- 196 p.
- Duración
- 07:29:38
- Identificadores
- MID
- 47_20190819-165741:144
- Inventario
- PHO-10-ESP-26
- Catalogación
- Fuente
- Instituto Nacional de Antropología e Historia
- Idioma
- Español
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Vista Impresión
- Título(s)
- Título
- Entrevista realizada a Faustino Lastra por Elena Aub
- Proyecto de historia oral. Refugiados españoles en México
- Contenido
Nace el 29 de noviembre de 1918 en Tehuacán (Puebla, México). Hijo de padres inmigrantes españoles. Recuerdos de familia. Viaje a España y primeros estudios con los jesuitas. Elecciones de febrero de 1936. Pertenece a Falange. Represión falangista. Sublevación de Arana. Retorno a México por inicio de la Guerra Civil 1936. Regresa a España terminada la guerra 1939. Servicio Militar. Situación de España en la postguerra. Huída de España a Lisboa. Estadía y salida de Portugal hacia América 1941.
Expropiación de tierras de su padre por el general Lázaro Cárdenas. Llegada a México 1941. Vuelta temporal a España 1952. Primer matrimonio y divorcio. Visita al Vaticano. Ingresa al Partido Comunista de España. Segundo matrimonio 1956.
Viaje a España 1958, comentarios sobre la situación y vida del país. Discusión sindical entre el PSOE y el PCE. Viaje a París 1960 para trabajar en el PCE. Apoyo de la FSM a las huelgas en España. Amistad con Fernando Claudín. Seminario de Bettelheim. Regreso a México 1964, expulsión del Partido. Sobre los refugiados españoles en México. La Segunda Guerra Mundial. Sucesos de Tlatelolco (México). De nuevo en España 1969, sus cambios. Papel del PC en España. Impresiones sobre el eurocomunismo. Visita a un campo de concentración. Vida en las cárceles franquistas. Actitud de los mexicanos hacia los refugiados. Comentarios acerca de los políticos españoles de los años setentas. Trabaja en Siglo XXI editores. Actividades del PCE en el exilio. Política postfranquista.
- Fragmento
FL.- Entonces eh, como te decía antes, la relación con los refugiados no, no recuerdo bien, eh, por dónde llegó, pero lo cierto es que llegó, Y… al poco tiempo yo concurría a todas las tertulias, los numerosos cafés que se fueron abriendo, en distintos sitios de la ciudad de México, pero más bien, digamos, hacia el primer cuadro de la ciudad, algunos de los cuales recuerdo aún como el “Tupinamba”, el “Betis” y también aquél, aquella otra… heladería que se llamaba “Chufas”, que me da la impresión que existía ya antes de la guerra española, por lo menos, alguna de ellas, Bueno, pues entonces…
EA.- ¿A quién veías en aquellos cafés?
FL.- Bueno, en aquellos cafés yo traté a… a mucha gente, ¿no?, es decir, desde don Felipe Sánchez Román… eh… eh, diputados de todo género, gente republicana, eh, Eduardo Mordaz eh…, Eduardo Mordaz, a Giral, que no lo traté mucho en los cafés,·pero lo traté por otro lado, eh…, a… cómo se llarraba, al arquitecto Giner de los Rios, el papá de… de Paco.
EA.- A Bernardo…
FL.- A Bernardo. Bernardo Giner de los Rios… En fin, yo traté gente más a la izquierda, como algunos diputados asturianos: González Peña, Belarmino Tomás, eh, conocí a Prieto que no iba generalmente a las tertulias, pero en alguna comida, eh…, qué sé yo, y conocí otras…
EA.- ¿Qué impresión, qué impresión te daban?
FL.- Bueno… La impresión que me daban era diversa, es decir, había algunos que me parecían que tenían los pies en el suelo y otros que no los tenían. Y quiero decir por esto, que algunos eran verdaderamente conscientes de la situación en que se encontraban, lo cual presupone que consideraban que la guerra la habían perdido y que por lo tanto [el] regreso a España no era una cosa para pasado mañana y éstos fueron los que inmediatamente intentaron integrarse al país, y me parece que lo consiguieron. Sin embargo, había otros que para los cuales, eh, la guerra civil española parece que había sido un espectáculo sin, sin nayores consecuencias que las muertes y que, eh, el régimen instaurado por la fuerza y, el triunfador en la guerra iba a durar muy poco tiempo, es decir, en otras palabras, hubo quien deshizo las maletas y se dedicó a trabajar y otros que pensaron que la caída de Franco era tan inminente que no valía la pena de, deshacerlas. Esto daba una situación bastante trágica porque, eh, yo que era un observador, si no neutral, digamos, que veía un poquito más desde fuera la tragedia, a veces me producía verdadera pena ver el comportamiento y la form de razonamiento de ciertas, de ciertos refugiados, eh, muy ilusionados en volver inmediatamente a España, creyendo que aquí no había pasado nada, cuando uno sabía bastante bien que el régimen franquista había liquidado prácticamente toda la oposición y que no quedaban lideres en el país, o estaban muertos o estaban en la cárcel y los demás en el exilio. Bueno, pues, esta gente siguió por años en la misma postura y me parece que perdieron el tiempo para ellos y para el país que los recogió… Los otros, pues ya los conocemos: muchos de ellos son, se integraron a la Universidad, fueron y son todavía algunos, los que viven, profesores, y creo que hicieron un papel digno y provechoso para el país que los recogió.
EA.- Y a pesar de esa… esa acogida que les dió la prensa tan negativa en esa ola con que se les recibió, ¿tú crees que luego México… realmente se abrió a los refugiados en…?
FL.- Bueno, en esto hay que distinguir quién, quién se abrió para los refugiados y quién no; es decir, lo que parece, lo que parecía más normal, que pudiese abrirse para ellos eh, serían, digamos los propios españoles residentes. Pero eso no ocurrió así, porque era precisamente de ese lado en donde, eh…, las críticas, eh, hacia los refugiados era nás acerba; y esa división entre los españoles viejos y los refugiados, duró, yo creo que… hasta muy reciente época, es decir, hasta hace diez o quince años, eh, ése, la, la relación no, no se estableció entre ellos, y yo creo que entre una gran parte de los refugiados nunca llegó a hacerse, a compenetrarse con la colonia española por razones, eh, obvias, eh, los españoles, eh, residentes, eh formaban parte de una colonia rica y próspera y, por lo tanto, muy reaccionaria: Eran emigrantes económicos que se habían hecho la vida en México, y algunos, muchos de ellos fortuna y por lo tanto eran conservadores. Eh, por otro lado, estaba el recibimiento que el pueblo en general, el pueblo llano, el pueblo más humilde del país, recibió a los refugiados, y yo tengo algunos testimonios y en, porque tengo ido algunos mítines en los primeros tiempos, y la gente los recibía con efecto y sin mayores reservas. Y, por supuesto, eh, el recibimiento oficial fue a todas luces, generoso, eh, y solidario con ellos, hasta extremos, eh, que hoy es en el mundo en que vivimos… en donde la solidaridad ha prácticamente desaparecido, costaría trabajo comprender, es decir, los buenos oficios que la buena voluntad, que el gobierno de México, tuvo para con ellos. Facilitándoles el reconocimiento de títulos, eh, el adquirir la nacionalidad mexicana, pudiendo ejercer sus oficios o profesiones libremente, dedicarse a la enseñanza, eh… crear colegios como conocemos algunos que todavía existen, creo que el Colegio… Madrid y otro que se llamaba el Vives, ¿eh?, de donde, adonde fueron a estudiar mucha gente también mexicana de origen. Entonces, ya te digo, pues ha habido dos, dos formas de recibimiento para los españoles: la de los antiguos residentes, eh, que los veían y los vieron durante muchos años como enemigos y como perturbadores de la sociedad; y la intelectualidad mexicana, que en general fue favorable a ellos; y, y por supuesto, el gobierno.
- Idioma
- Español
- Temática
- Temporal
- Siglo XX
- Origen
- Lugar
- Madrid, España
- Fecha de creación
- 1980
- Personas/ Instituciones
- Faustino Lastra y Méndez Deyá: Entrevistado
- Elena Aub: Entrevistador
- Enriqueta Tuñón: Entrevistador
- Dolores Pla Brugat: Director de proyecto
- María Esther Jasso: Conservador de obras
- Marcela Cobos: Conservador de obras
- Instituto Nacional de Antropología e Historia: Conservador de obras
- Ministerio de Cultura de España: Conservador de obras
- Tipo de recurso
- Entrevista
- Descripción física
- Extensión
- 196 p.
- Duración
- 07:29:38
- Identificadores
- MID
- 47_20190819-165741:144
- Inventario
- PHO-10-ESP-26
- Catalogación
- Fuente
- Instituto Nacional de Antropología e Historia
- Idioma
- Español
- Biblioteca Manuel Orozco y Berra
- Biblioteca de Antropología e Historia Eusebio Dávalos Hurtado
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