Entrevista realizada a Claudio Esteva por Elena Aub
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- Entrevista realizada a Claudio Esteva por Elena Aub
- Proyecto de historia oral. Refugiados españoles en México
- Contenido
Nace, por casualidad en Marsella en 19180. Sus padres obreros. Recuerdos de la relación con su padre, su madre y después con su padrastro.
Los primeros estudios los realiza en una escuela pública donde destaca por su inteligencia y sensibilidad. A los 14 años obtiene su primer trabajo en una tienda de abarrotes donde entrega mercancía a domicilio, más tarde entregando fotografías, después entra como aprendiz a una carpintería, como repartidor en una librería y, al inicio de la guerra, comenzaba a dedicarse en forma profesional al futbol.
Cuando en 1933, surgen los movimientos políticos en Cataluña, él oscila entre las Juventudes Libertarias y el movimiento nacionalista catalán, elige este último grupo incorporándose al Nosaltres Sols aunque nunca dejó de tener contacto con los anarco-sindicalistas. Más tarde se incorpora a las Juventudes Socialistas Unificadas de Cataluña (JSUC).
Relata los problemas familiares durante estos años, cómo y por qué abandona la casa materna y cómo logra sobrevivir.
Al comenzar la guerra, interviene con los integrantes de la CNT en la toma del cuartel de la calle Tarragona (en Barcelona) y después se convierte en secretario de Organización y Propaganda de la JSUC, como tal vive en el Hotel Colón recibiendo un sueldo de soldado. En plena guerra toma un curso en Madrid para aprender como agitar en una organización. Relata sus dudas con respecto a la disciplina de su partido. Teniendo 18 años es incorporado al ejército y hace un recuento de su actuación en el frente, su relación con los internacionalistas, la ofensiva del Ebro, cómo lo acusan de "chaqueteo" cuando se le dispara una pistola y cómo este hecho hace que sea despreciado por sus compañeros del partido. Cuenta cómo trata de defender Barcelona a la entrada de los fascistas y cómo al darse cuenta de la inutilidad de esta acción, quema los archivos de la JSUC y sale de la ciudad.
Caminando por Figueras y La Junquera llega a la frontera donde le quitan sus pertenencias al cruzar y cae en Saint Cyprien. Relata la estancia en el campo, cómo duermen, las condiciones infrahumanas en que estaban, cómo hacían competencia con los piojos, cómo los despiojaban, qué comían, la desilusión que sentía en esos días de su partido, de los dirigentes de la guerra, de la falta de solidaridad. La entrevista con la duquesa de Athol y con Fernando Gamboa, su impresión de ambos.
El viaje en el Sinaia: recuerda los dormitorios, la comida y la sensación de que comenzaba una nueva vida, su relación con los compañeros de viaje y las diferencias establecidas entre los que venían de campos de concentración y los que no habían estado en ellos. Habla de la política mexicana a su llegada a México; de Ávila Camacho, de Almazán de Saturnino Cedillo. Las guardias que realizaba en la Casa del Agrarista para prevenir una sublevación de los almazanistas contra Cárdenas.
Desembarco en Veracruz: relata el gran recibimiento popular, cómo unos jarochos lo llevan a beber hasta emborracharlo. Su intento de incorporarse al equipo de futbol de Veracruz.
En tren llega a la ciudad de México; su vida en los primeros tiempos, el SEAE les da un departamento y de comer. Sus compañeros de casa, problemas con ellos. La solidaridad de los antiguos residentes catalanes. Cómo conseguía dinero de mujeres. Desorientado, no sabe a qué dedicarse hasta que comienza a vender maquinaria textil.
En 1940 se traslada a Puebla donde trabaja de futbolista y después en una fábrica textil llevando el control del trabajo de los obreros. Recuerdos de su vida en Puebla.
En 1945 vuelve a la ciudad de México donde, con la ayuda del señor Bernard intenta poner una industria textil, fracasa. Resurge la idea de volver a España para organizar el movimiento, nunca llegó la ayuda económica que necesitaba para hacerlo. Explica por qué nunca se nacionalizó mexicano y por qué decide volver a vivir a España.
En 1946 se casa, vende blusas que confecciona su suegra y cuenda como intermediario y un año después se da lo que él considera el hecho crucial de su vida: el ingreso a la Escuela Nacional de Antropología. Recuerda a sus maestros y compañeros, la influencia de Jiménez Moreno y su interés por la historia antigua de México, su investigación sobre el año en que sube al trono Acamapichtli. Su relación con Erich Fromm y el psicoanálisis didáctico; relata como lo conoció. Su colaboración como antropólogo en el seminario de psicoanálisis que tenían un grupo de psicoanalistas mexicanos con Fromm. Cómo surge su interés por estudiar el machismo, las madres solteras y en general, problemas actuales.
En el anexo a la entrevista el informante se remonta a su salida de España, su estancia en Saint Cyprien, por qué elige México para exiliarse, el viaje en el Sinaia, cómo fueron elegidos los pasajeros del Sinaia. Su estancia en Veracruz, los primeros meses en la ciudad de México, su participación en el Partido Socialista Catalán y las actividades realizadas de cara a España. Su vida en el futbol en Puebla, las jóvenes mexicanas, el trabajo en la fábrica textil, cómo ingresó en la Escuela de Antropología, su relación con Erich Fromm y los psicoanalistas mexicanos. Su trabajo en el INI y en el Fondo de Cultura Económica. Sus vivencias sobre España, sobre México, el movimiento Presencia, sus razones para volver a España: problemas económicos y el sentirse como un mexicano de "segunda".
Regreso a España: en 1956, con 3 hijos, esposa y 4000 pesetas. Le prohíben vivir en Barcelona por lo que se establece en Madrid. La vida en los primeros tiempos: su actividad política, su trabajo: reseñas bibliográficas, artículos para periódicos mexicanos, clases en la Universidad de Madrid. Más tarde es nombrado director del Museo Nacional de Etnología, va a Guinea a organizar el plan de desarrollo.
Relata la España que encontró, sus sentimientos sobre México, el recibimiento de su familia, de los españoles, su adaptación y la de su familia a España. Opina sobre los refugiados que viven en México y sobre sus hijos, acerca del rechazo mutuo español-mexicano. La importancia que ha tenido México en su vida, sus amigos actuales, los vínculos que guarda con México.
- Fragmento
- CE.- Y… finalmente se fue… eh, desvaneciendo la idea de volver. Un buen día… pasé por la calle Moneda y en la calle Moneda estaba la Escuela Nacional de Antropología e Historia; y en la calle Moneda estaba el Museo Nacional… de Antropología e Historia y había unos grandes papeles en las paredes que decían: Escuela Nacional de Antropología e Historia, Instituto Nacional tal y tal", y ponía cursos, o sea; ponía las carreras que se dan en la Escuela de Antropología, a que se daban entonces, y en cuanto vi aquel cartel, dije: “Esto es lo que yo buscaba, esto era”. Y me metí rápidamente, me metí dentro de la Escuela, me presenté, me pidieron papeles; y eso era en el año cuarenta y siete [carraspea]. En el año cuarenta y siete me encontré con el gran acontecimiento de mi vida, era éste, era éste. Cuando vi la carrera de Etnología, idealicé completamente todo eso; el problema de la cultura, la vida del hombre, las grandes, las minorías, etcétera. Y aquello me atrajo rápidamente y entonces, entré y estaba de director de la Escuela Pablo Martínez del Río, un hombre extraordinario… y… y de secretario de la Escuela estaba Eusebio Dávalos Hurtado… y de director del Museo estaba… José de la Borbolla,* José de la Borbolla; seguro, pero José quizá, quizá no esté demasiado seguro [risa], en aquella época. Entré en secretaría, estaba una chica muy simpática que era yucateca, Leticia, me atendió estupendamente bien, magnífica de, tal, me animó muchísimo, este, muy bonita ella, y después tenía una hermana, una hermana rubia, yucateca ella, este… muy inteligente; a mí también me atraía mucho esta chica, la hermana de ella. Este… y… y bueno, estaban allí, me atendieron muy bien, y anunciaban los cursos que se iban a iniciar; entonces subí, saqué toda, toda la información. Y me salí como un niño de, que acaba de hacer la comunión, o que le acaban de dar un gran regalo, o que le acaban de hacer el rito de pasaje o lo que sea; yo me sentí, me sentí nuevo completamente. Me fui corriendo a mi casa y le dije a mi mujer: “Acabo de encontrar lo que yo buscaba y que no sabía”. –“¿Y qué es?” –“Pues nada, la, la Escuela de Antropología, existe una escuela de antropología y yo no sabía y tal y tal”. Dice: “Bueno, ¿y cómo vamos a comer? ¿qué vas a hacer?” Digo: “Bueno, mira, esto nos lo vamos a aguantar como podamos”. –“Sí, pero, pero es que ahora trabajando por las tardes tampoco…” –“Pues, mira, vamos a ver cómo le hacemos”. –“Este niño, ahora viene el otro, tal y cual". Nada, por las mañanas trabajaba y en las tardes, a las tres de la tarde entraba yo en la Escuela hasta las diez de la noche. Han sido los años más felices de mi vida, porque me encontré tan bien en aquella escuela con compañeros mexicanos y no mexicanos, porque allí estábamos también un grupo de españoles que nos encontramos allí. Nos encontramos allí y entonces estaba de gran maestro, estaba don Pablo Martínez del Río, que era un hombre extraordinario de bondad, inteligente, tenía un aire muy británico, porque había estudiado en Oxford. Y recuerdo muy bien que siempre que llevaba el pañuelo, el pañuelo siempre lo llevaba aquí en la manga, lo traía así, de una manera muy aristocrática y era de una de las familias más aristocráticas de México, don Pablo; sus hijas, unas bellezas espléndidas, este… y, y siempre llevaba el pañuelo, entonces, mientras hablaba, se sacaba el pañuelo, hacía como que tenía un poco de sudor, no tenía, pero eran sus maneras británicas y él sabia distinguirse por su, por su figura, por su, por su talento y por los chistes que contaba en clase; que eran unos chistes bastante deficientes pero en cuanto a lograr, digamos, a que el auditorio respondiera con una gran carcajada o con un gran aplauso; pero, el hecho de que fueran tan sangrones los chistes que él contaba hacía que a todos nos hiciera mucha gracia, precisamente por la mala, por la mala pata de, del chiste. Y esto, él se reía de sus chistes y entonces todos nos teníamos que reír porque, efectivamente, el hecho de que él se riera de un chiste tan malo, hacía que nosotros nos riéramos, precisamente, no en función de que é1 creía que nos reíamos porque era bueno, sino que nos reíamos en función de que él se reía de lo suyo, y así andábamos. Éste era un gran maestro y un gran humanista: era prehistoriador, se murió hace pocos años. Y después yo entré en contacto con gente muy interesante en la Escuela, entre ellos, pues, creo que el hombre que más influencia ha tenido sobre mi vida, en el sentido académico, ha sido Wigberto Jiménez Moreno, un historiador de historia antigua… Bueno, ahora que me acuerdo de, por otra parte, no es José de la Borbolla, sino, este… Daniel Rubín de la Borbolla, que era el director entonces del Museo; hombre muy amable por otra parte, hombre del cual después explicaré alguna cosa. Pero, en principio, lo interesante es que para mí la persona que más me impresionó, por la calidad de, por su calidad intelectual, por su enorme capacidad especulativa, por… su extensa e intensa capacidad intelectual, por su gran capacidad de maniobra, de estar en todas partes al mismo tiempo, de saber cosas de psicología, cosas de historia, de lingüística, por ejemplo, él es un gran nahuatlato, sabe de náhuatl extraordinaria cantidad de cosas, náhuatl clásico, y daba unas clases de Historia Antigua de México…
- Idioma
- Español
- Temática
- Temporal
- Siglo XX
- Origen
- Lugar
- Madrid, España
- Fecha de creación
- 1981
- Personas/ Instituciones
- Claudio Esteva Fabregat: Entrevistado
- Elena Aub: Entrevistador
- Enriqueta Tuñón: Entrevistador
- Dolores Pla Brugat: Director de proyecto
- María Esther Jasso: Conservador de obras
- Marcela Cobos: Conservador de obras
- Instituto Nacional de Antropología e Historia: Conservador de obras
- Ministerio de Cultura de España: Conservador de obras
- Tipo de recurso
- Entrevista
- Descripción física
- Extensión
- 290 p.
- Duración
- 09:01:18
- Estado de Conservación
- Entrevista completa
- Identificadores
- MID
- 47_20190819-165741:145
- Inventario
- PHO-10-ESP-29
- Catalogación
- Fuente
- Instituto Nacional de Antropología e Historia
- Idioma
- Español
-
Vista Impresión
- Título(s)
- Título
- Entrevista realizada a Claudio Esteva por Elena Aub
- Proyecto de historia oral. Refugiados españoles en México
- Contenido
Nace, por casualidad en Marsella en 19180. Sus padres obreros. Recuerdos de la relación con su padre, su madre y después con su padrastro.
Los primeros estudios los realiza en una escuela pública donde destaca por su inteligencia y sensibilidad. A los 14 años obtiene su primer trabajo en una tienda de abarrotes donde entrega mercancía a domicilio, más tarde entregando fotografías, después entra como aprendiz a una carpintería, como repartidor en una librería y, al inicio de la guerra, comenzaba a dedicarse en forma profesional al futbol.
Cuando en 1933, surgen los movimientos políticos en Cataluña, él oscila entre las Juventudes Libertarias y el movimiento nacionalista catalán, elige este último grupo incorporándose al Nosaltres Sols aunque nunca dejó de tener contacto con los anarco-sindicalistas. Más tarde se incorpora a las Juventudes Socialistas Unificadas de Cataluña (JSUC).
Relata los problemas familiares durante estos años, cómo y por qué abandona la casa materna y cómo logra sobrevivir.
Al comenzar la guerra, interviene con los integrantes de la CNT en la toma del cuartel de la calle Tarragona (en Barcelona) y después se convierte en secretario de Organización y Propaganda de la JSUC, como tal vive en el Hotel Colón recibiendo un sueldo de soldado. En plena guerra toma un curso en Madrid para aprender como agitar en una organización. Relata sus dudas con respecto a la disciplina de su partido. Teniendo 18 años es incorporado al ejército y hace un recuento de su actuación en el frente, su relación con los internacionalistas, la ofensiva del Ebro, cómo lo acusan de "chaqueteo" cuando se le dispara una pistola y cómo este hecho hace que sea despreciado por sus compañeros del partido. Cuenta cómo trata de defender Barcelona a la entrada de los fascistas y cómo al darse cuenta de la inutilidad de esta acción, quema los archivos de la JSUC y sale de la ciudad.
Caminando por Figueras y La Junquera llega a la frontera donde le quitan sus pertenencias al cruzar y cae en Saint Cyprien. Relata la estancia en el campo, cómo duermen, las condiciones infrahumanas en que estaban, cómo hacían competencia con los piojos, cómo los despiojaban, qué comían, la desilusión que sentía en esos días de su partido, de los dirigentes de la guerra, de la falta de solidaridad. La entrevista con la duquesa de Athol y con Fernando Gamboa, su impresión de ambos.
El viaje en el Sinaia: recuerda los dormitorios, la comida y la sensación de que comenzaba una nueva vida, su relación con los compañeros de viaje y las diferencias establecidas entre los que venían de campos de concentración y los que no habían estado en ellos. Habla de la política mexicana a su llegada a México; de Ávila Camacho, de Almazán de Saturnino Cedillo. Las guardias que realizaba en la Casa del Agrarista para prevenir una sublevación de los almazanistas contra Cárdenas.
Desembarco en Veracruz: relata el gran recibimiento popular, cómo unos jarochos lo llevan a beber hasta emborracharlo. Su intento de incorporarse al equipo de futbol de Veracruz.
En tren llega a la ciudad de México; su vida en los primeros tiempos, el SEAE les da un departamento y de comer. Sus compañeros de casa, problemas con ellos. La solidaridad de los antiguos residentes catalanes. Cómo conseguía dinero de mujeres. Desorientado, no sabe a qué dedicarse hasta que comienza a vender maquinaria textil.
En 1940 se traslada a Puebla donde trabaja de futbolista y después en una fábrica textil llevando el control del trabajo de los obreros. Recuerdos de su vida en Puebla.
En 1945 vuelve a la ciudad de México donde, con la ayuda del señor Bernard intenta poner una industria textil, fracasa. Resurge la idea de volver a España para organizar el movimiento, nunca llegó la ayuda económica que necesitaba para hacerlo. Explica por qué nunca se nacionalizó mexicano y por qué decide volver a vivir a España.
En 1946 se casa, vende blusas que confecciona su suegra y cuenda como intermediario y un año después se da lo que él considera el hecho crucial de su vida: el ingreso a la Escuela Nacional de Antropología. Recuerda a sus maestros y compañeros, la influencia de Jiménez Moreno y su interés por la historia antigua de México, su investigación sobre el año en que sube al trono Acamapichtli. Su relación con Erich Fromm y el psicoanálisis didáctico; relata como lo conoció. Su colaboración como antropólogo en el seminario de psicoanálisis que tenían un grupo de psicoanalistas mexicanos con Fromm. Cómo surge su interés por estudiar el machismo, las madres solteras y en general, problemas actuales.
En el anexo a la entrevista el informante se remonta a su salida de España, su estancia en Saint Cyprien, por qué elige México para exiliarse, el viaje en el Sinaia, cómo fueron elegidos los pasajeros del Sinaia. Su estancia en Veracruz, los primeros meses en la ciudad de México, su participación en el Partido Socialista Catalán y las actividades realizadas de cara a España. Su vida en el futbol en Puebla, las jóvenes mexicanas, el trabajo en la fábrica textil, cómo ingresó en la Escuela de Antropología, su relación con Erich Fromm y los psicoanalistas mexicanos. Su trabajo en el INI y en el Fondo de Cultura Económica. Sus vivencias sobre España, sobre México, el movimiento Presencia, sus razones para volver a España: problemas económicos y el sentirse como un mexicano de "segunda".
Regreso a España: en 1956, con 3 hijos, esposa y 4000 pesetas. Le prohíben vivir en Barcelona por lo que se establece en Madrid. La vida en los primeros tiempos: su actividad política, su trabajo: reseñas bibliográficas, artículos para periódicos mexicanos, clases en la Universidad de Madrid. Más tarde es nombrado director del Museo Nacional de Etnología, va a Guinea a organizar el plan de desarrollo.
Relata la España que encontró, sus sentimientos sobre México, el recibimiento de su familia, de los españoles, su adaptación y la de su familia a España. Opina sobre los refugiados que viven en México y sobre sus hijos, acerca del rechazo mutuo español-mexicano. La importancia que ha tenido México en su vida, sus amigos actuales, los vínculos que guarda con México.
- Fragmento
- CE.- Y… finalmente se fue… eh, desvaneciendo la idea de volver. Un buen día… pasé por la calle Moneda y en la calle Moneda estaba la Escuela Nacional de Antropología e Historia; y en la calle Moneda estaba el Museo Nacional… de Antropología e Historia y había unos grandes papeles en las paredes que decían: Escuela Nacional de Antropología e Historia, Instituto Nacional tal y tal", y ponía cursos, o sea; ponía las carreras que se dan en la Escuela de Antropología, a que se daban entonces, y en cuanto vi aquel cartel, dije: “Esto es lo que yo buscaba, esto era”. Y me metí rápidamente, me metí dentro de la Escuela, me presenté, me pidieron papeles; y eso era en el año cuarenta y siete [carraspea]. En el año cuarenta y siete me encontré con el gran acontecimiento de mi vida, era éste, era éste. Cuando vi la carrera de Etnología, idealicé completamente todo eso; el problema de la cultura, la vida del hombre, las grandes, las minorías, etcétera. Y aquello me atrajo rápidamente y entonces, entré y estaba de director de la Escuela Pablo Martínez del Río, un hombre extraordinario… y… y de secretario de la Escuela estaba Eusebio Dávalos Hurtado… y de director del Museo estaba… José de la Borbolla,* José de la Borbolla; seguro, pero José quizá, quizá no esté demasiado seguro [risa], en aquella época. Entré en secretaría, estaba una chica muy simpática que era yucateca, Leticia, me atendió estupendamente bien, magnífica de, tal, me animó muchísimo, este, muy bonita ella, y después tenía una hermana, una hermana rubia, yucateca ella, este… muy inteligente; a mí también me atraía mucho esta chica, la hermana de ella. Este… y… y bueno, estaban allí, me atendieron muy bien, y anunciaban los cursos que se iban a iniciar; entonces subí, saqué toda, toda la información. Y me salí como un niño de, que acaba de hacer la comunión, o que le acaban de dar un gran regalo, o que le acaban de hacer el rito de pasaje o lo que sea; yo me sentí, me sentí nuevo completamente. Me fui corriendo a mi casa y le dije a mi mujer: “Acabo de encontrar lo que yo buscaba y que no sabía”. –“¿Y qué es?” –“Pues nada, la, la Escuela de Antropología, existe una escuela de antropología y yo no sabía y tal y tal”. Dice: “Bueno, ¿y cómo vamos a comer? ¿qué vas a hacer?” Digo: “Bueno, mira, esto nos lo vamos a aguantar como podamos”. –“Sí, pero, pero es que ahora trabajando por las tardes tampoco…” –“Pues, mira, vamos a ver cómo le hacemos”. –“Este niño, ahora viene el otro, tal y cual". Nada, por las mañanas trabajaba y en las tardes, a las tres de la tarde entraba yo en la Escuela hasta las diez de la noche. Han sido los años más felices de mi vida, porque me encontré tan bien en aquella escuela con compañeros mexicanos y no mexicanos, porque allí estábamos también un grupo de españoles que nos encontramos allí. Nos encontramos allí y entonces estaba de gran maestro, estaba don Pablo Martínez del Río, que era un hombre extraordinario de bondad, inteligente, tenía un aire muy británico, porque había estudiado en Oxford. Y recuerdo muy bien que siempre que llevaba el pañuelo, el pañuelo siempre lo llevaba aquí en la manga, lo traía así, de una manera muy aristocrática y era de una de las familias más aristocráticas de México, don Pablo; sus hijas, unas bellezas espléndidas, este… y, y siempre llevaba el pañuelo, entonces, mientras hablaba, se sacaba el pañuelo, hacía como que tenía un poco de sudor, no tenía, pero eran sus maneras británicas y él sabia distinguirse por su, por su figura, por su, por su talento y por los chistes que contaba en clase; que eran unos chistes bastante deficientes pero en cuanto a lograr, digamos, a que el auditorio respondiera con una gran carcajada o con un gran aplauso; pero, el hecho de que fueran tan sangrones los chistes que él contaba hacía que a todos nos hiciera mucha gracia, precisamente por la mala, por la mala pata de, del chiste. Y esto, él se reía de sus chistes y entonces todos nos teníamos que reír porque, efectivamente, el hecho de que él se riera de un chiste tan malo, hacía que nosotros nos riéramos, precisamente, no en función de que é1 creía que nos reíamos porque era bueno, sino que nos reíamos en función de que él se reía de lo suyo, y así andábamos. Éste era un gran maestro y un gran humanista: era prehistoriador, se murió hace pocos años. Y después yo entré en contacto con gente muy interesante en la Escuela, entre ellos, pues, creo que el hombre que más influencia ha tenido sobre mi vida, en el sentido académico, ha sido Wigberto Jiménez Moreno, un historiador de historia antigua… Bueno, ahora que me acuerdo de, por otra parte, no es José de la Borbolla, sino, este… Daniel Rubín de la Borbolla, que era el director entonces del Museo; hombre muy amable por otra parte, hombre del cual después explicaré alguna cosa. Pero, en principio, lo interesante es que para mí la persona que más me impresionó, por la calidad de, por su calidad intelectual, por su enorme capacidad especulativa, por… su extensa e intensa capacidad intelectual, por su gran capacidad de maniobra, de estar en todas partes al mismo tiempo, de saber cosas de psicología, cosas de historia, de lingüística, por ejemplo, él es un gran nahuatlato, sabe de náhuatl extraordinaria cantidad de cosas, náhuatl clásico, y daba unas clases de Historia Antigua de México…
- Idioma
- Español
- Temática
- Temporal
- Siglo XX
- Origen
- Lugar
- Madrid, España
- Fecha de creación
- 1981
- Personas/ Instituciones
- Claudio Esteva Fabregat: Entrevistado
- Elena Aub: Entrevistador
- Enriqueta Tuñón: Entrevistador
- Dolores Pla Brugat: Director de proyecto
- María Esther Jasso: Conservador de obras
- Marcela Cobos: Conservador de obras
- Instituto Nacional de Antropología e Historia: Conservador de obras
- Ministerio de Cultura de España: Conservador de obras
- Tipo de recurso
- Entrevista
- Descripción física
- Extensión
- 290 p.
- Duración
- 09:01:18
- Estado de Conservación
- Entrevista completa
- Identificadores
- MID
- 47_20190819-165741:145
- Inventario
- PHO-10-ESP-29
- Catalogación
- Fuente
- Instituto Nacional de Antropología e Historia
- Idioma
- Español
- Biblioteca Manuel Orozco y Berra
- Biblioteca de Antropología e Historia Eusebio Dávalos Hurtado
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